Hay tradiciones que resisten al paso de los años y los huevos de pascua son una de ellas. Según señala la historia, los huevos de pascua se remontan a épocas ancestrales. En la Antigua Grecia se dice que ya pintaban, decoraban y regalaban huevos con el objetivo de atraer prosperidad y como símbolo de fertilidad y renovación con la llegada de la primavera. Con el tiempo la tradición fue adoptada por la religión cristiana y se convirtió en un símbolo de la resurrección de Jesús.
En muchas regiones castellanas, norte de Burgos, por ejemplo, el lunes de pascua se come el hornazo, y lo comíamos los niños en el cercano campo del pueblo. Es un recuerdo agradable, a mi edad, recordar todas aquellas caras con sus nombres y apellidos, con el bullicio de aquellas fechas.