EUTANASIA (JESÚS GONZÁLEZ CAPEL, EXALUMNO, DE BINISSALEM)

EUTANASIA

El otro día, el P. Pedro José Gómez Martínez, CM me  sugirió que escribiese algo sobre el  COVID-19 y la EUTANASIA. No contesté pero me dije para mis adentros: Doctores tiene la Iglesia y técnicos, sabios y científicos tiene el Estado.

¿Qué pinto yo en ese embolao?, me dije. Los que han votado esa ley, sin haber sido discutida por sus señorías, sabrán lo que se hacen… Pero como quiero complacer al P. Gómez y para mí sus deseos son órdenes… Opté por escribir primero sobre la Eutanasia que ya es una realidad. «Et post filosofare» sobre el teje y maneje que han hecho sobre el coronavirus que después de casi dos años estamos al verlas venir… (Sin ánimos de politizar).

Pero como yo soy de ideas fijas, iniciado mi paseo diario por el camino rural de la carretera vieja de Pollensa, paralela a la general que enlaza con la autopista que lleva a Alcudia, no pude menos de reflexionar sobre el tema propuesto y sería subiendo la cuesta de “Son Fuster” cuando me cayó el chaparrón de la inspiración. Ayer, jueves, 18 se marzo de 2021, fue un día de perros: frío, viento y mucha humedad…. Los campos estaban blancos. Más bien parecía una estepa rusa.

El día era propicio para filosofar sobre aquello de “cogito, ergo sum”. Entonces fue cuando me pregunté varias cuestiones:

1.- Si el enfermo está en la última fase de su vida, con dolor general y sin esperar una calidad de vida ¿quién es el que inyecta el cianuro? O da a beber el brebaje?

a.- ¿El enfermo? Entonces se trata de un suicidio…

b.- ¿El médico? Entonces estamos hablando de un asesinato… Es como si yo voy por la calle y veo un pobre demente y andrajoso y por respeto a la sociedad acabo con él… (Yo seré un asesino).

¿Cuál es el juramento que hace todo médico: salvar vivas y paliar el sufrimiento…

c.- ¿Sufrimiento desesperado? No tiene porque ser así. Tenemos los recursos paliativos que se realizan en los hospitales y en donde los médicos y enfermería les dan unos servicios, donde se prima la calidad de vida y el mínimo dolor…

d.- Cariño: Los médicos y personal sanitario los atienden con un celo y amor exquisito. Mejor que en sus casas, pues en ellos el estrés es mucho y la paciencia cada vez es menor. A un enfermo con gravedad extrema y de larga duración se le acaba rogando o pidiendo aquello de ¡“papá, vete ya”! porque los familiares están agotados y no pueden más.

e.- Entre la pandemia y los muchos  abuelitos que tenemos, de un plumazo nos quitamos más de 300.000 pagas de jubilación y de niños discapacitados y eso sin contar los 100.000 que ya nos han dejado. Y dejamos de cargar con .los gastos de medicamentos y el menos número de naturos (es un gran ahorro para el Estado…).

f.- ¿Dónde llevar esos enfermos desahuciados.? Algunos países tienen la solución:“Un hospital donde voluntariamente son llevados y allí se les cuida con el mimo y el cariño que en su casa les resulta IMPOSIBLE porque después de algunos meses los familiares pierden la paciencia. pues son muchas las horas las que les dedican. Y desgraciadamente se acaba con la poca acertada frase: “papá, vete ya!

CONCLUSIÓN:

…….Y LA LEY SE HA APROBADO CON LA AUSENCIA DE ALGUNOS PARTIDOS QUE YA PROMETEN QUE LA ELIMINARÀN EL DIA QUE TENGAN LA MAYORÍA…

Yo, personalmente, quiero una muerte digna: es igual si se trata de la Eutanasia o de SERVICIOS PALIATIVOS. Morir sin dolor es mi máxima aspiración. Hace meses murió mi hermano Juan y no deseo ese tipo de agonía (varios meses) a nadie…

 

 

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