BUSTO P. JAIME PONS VALLÉS

VERSIÓN EN CASTELLANO

Dejada la parroquia de Begoña, la Comunidad, más reducida, continuaba su labor en la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen, regida por el P. Jaime Pons hasta su muerte (1954-1974). Tiene su templo en el piso superior del colegio de Begoña, encima del salón de teatro, construido todo por la «Fábrica».

El P. Jaime había nacido en Binissalem (Mallorca), el 7 de noviembre de 1913. Fue toda una institución de caridad y su recuerdo aún perdura en el Puerto; no faltan flores en su tumba a pesar de los años pasados. Fue un varón de Dios, un hijo de san Vicente y un auténtico sacerdote como reconoció el mismo Vicario General de la Diócesis: ”El ministerio del P. Jaime en el Puerto fue eminentemente sacerdotal”.

Él mismo se confiesa en un artículo que escribió para la Voz: ”Aunque yo vivía en Puerto de Sagunto desde el año 1947, ocupado en atender a la vecina parroquia de Canet de Berenguer, la Escuela de Aprendices, el Despacho Parroquial y el Movimiento de los Jóvenes de Acción Católica, no tuve tiempo de ocuparme de los problemas del Puerto, si bien algo vislumbraba por la gente que acudía al despacho”.

Nombrado párroco, quiere conocer a sus feligreses y empieza por la Huerta, con barrios incipientes y entonces encuentra…”Mucha pobreza, casas sin enlucir, ni tenían piso, a medio construir, colchones encima de las sillas por falta de camas…, gente que vivía en los refugios de ametralladoras”. Del contacto con esta realidad saldrá su deseo de poner remedio.

Compra unos campos sembrados de panizo y a mendigar para pagar las 100.000 mil pesetas que le cuesta… Él mismo contribuyó con la herencia recibida de los japoneses, como indemnización de unos parientes que tenían negocio de tabaco en Filipinas. Después logró del Director de Altos Hornos que concediera préstamos de 3 mil pesetas a los obreros que no disponían de casa; como era un problema general, no consiguió la ayuda deseada. No se desanima; aún hoy existe el Barrio del Padre Jaime.

Él mismo asume y cita el Concilio Vaticano II: ”Es necesario practicar una profunda caridad con todos los hombres y deplorar todo lo que es contra la vida y la dignidad de la persona. Todo esto afea a la civilización humana y va contra el honor debido a Dios”.

Recibió una ayuda continuada de los Hombres de Acción Católica, de las Damas de la Caridad y de su sacristán, especialmente.

Un evento importante en la evangelización parroquial fue la Misión popular dada en todo el Arciprestazgo en 1963, predicada por los PP. Carlos Corcuera, Victorino Carballo, César Maside y José Cid durante quince días, en octubre, para unos 6.000 habitantes; se formaron dos centros: la Parroquia y la Huerta.

Desde el principio se presentaron sus dificultades, pues la gente en ”un clima de frialdad y falta de interés les hacía contemplar a distancia todas las actividades propias de la Misión”. Otro buen grupo pensaba que la misión no era para ellos, pues ya eran “buenos cristianos y no necesitaban conferencias ni sermones”.

Después rectificaron y no faltaron auténticas conversiones de obreros. Unos mil de ellos acudieron al cine Victoria para escuchar una conferencia. ”Me esfuerzo en dar este dinero que he ganado esta semana para la misión del Carmen, para que haya muchos y santos misioneros como los que nos ha tocado en la parroquia del Carmen. Doy 100 Ptas”.

La Huerta, con unos 1.300 habitantes, también recibió la Palabra del Señor en plena calle, solamente cerrada con unos toldos. Los Misioneros supieron aprovechar los niños de las escuelas para hacer propaganda de la Misión.

El solemne Viacrucis salió del Carmen con la Virgen Dolorosa en procesión. Se predicaron todas estaciones y las últimas, conjuntamente con las otras parroquias, en la Alameda.

No podemos cantar victoria, algo se ha adelantado con respecto a las anteriores, ”hemos de reconocer que no hemos llegado a recorrer la parte más difícil del camino, y mientras no tengamos en nuestras filas la masa trabajadora, no podemos decir que hemos triunfado”.

”Toda la obra del P. Jaime, sus 27 años en este destino, están caracterizados por una caridad sin límites, aunque un tanto desordenada. Esta caridad le había ganado las simpatías de todos. Lo que hacía el P. Jaime estaba bien. Todo quedaba enmarcado en su compasión y generosidad, rayana en la ingenuidad. En los años 50 se hicieron famosas una serie de casas ”baratas”, construidas bajo su iniciativa y que aún hoy se conocen por el nombre de ”Barrio del P. Jaime”. Y como el P. Jaime era para todo, también el salón de cine que había montado era llamado ”Cine del P. Jaime”.

No tenía oído musical, pero él entonaba los cantos en las celebraciones y cantaba a su aire con devoción.

”Otra nota que debemos destacar fue su celo apostólico. Nunca se cansó de predicar, enseñar, adoctrinar… Es curioso comprobar, tanto por los libros que tenía, como por los esquemas o notas escritas a mano, la preocupación que le embargaba por estar un poco al día”.

Le acompañó de Vicario el P. Juan Roig; cada uno tenía su trabajo y su estilo. Vivían en la propiedad de la Comunidad, en la calle Felipe II, un hermoso solar de 430 m2. con perspectivas de futuro. Durante varios años mantuvieron con su esfuerzo personal una preapostólica que no dio los resultados apetecidos.

Muerto el P. Jaime Pons, el 19 de agosto de 1974, el P. Juan Roig prefirió seguir sus caminos de liturgia oriental y pasar a la tranquilidad de un pequeño pueblo de la Diócesis de Tarragona, entregado a la contemplación y a la cerámica.

Después se dedicaron esos locales a obras sociales y al final se perdieron en la maraña de unos desaprensivos constructores, que no construyeron nada. Hipotecado el terreno, la Diócesis los readquirió, pero ya metidos en este siglo no se ha hecho nada de cara a la Parroquia.

Y al comenzar el curso 1974-1975 la provincia de Zaragoza se hace cargo de la Parroquia de la Virgen del Carmen, despidiéndose el P. Rosendo Botella que durante estos últimos años ha estado sirviendo, la mayor parte, solo.

Nuestros cohermanos realizan una magnífica tarea, hasta que en 1992 también deciden dejar la Parroquia. Por ella han pasado como párrocos los Padres Valentín Navarro, Ángel Pascual y Julián Martínez Alegría; además han participado en las tareas parroquiales y a las Hijas de la Caridad los Padres Martín Burguete, Juan García Granell, Joaquín Quel, Antonio Ulibarrena, Jesús Mª Arrondo, José Ángel Delgado, Baltasar Indurain, Ángel Oyanguren, Javier López y Generoso Guembe

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VERSIÓ EN CATALÀ

Deixada la parròquia de Begonya la Comunitat, més reduïda, continuava la seva labor en la Parròquia de La nostra Senyora del Carme, regida pel P. Jaime Pons fins a la seva mort (1954-1974). Té el seu temple en el pis superior del col·legi de Begonya, damunt del saló de teatre, construït tot per la Fàbrica.

El P. Jaime havia nascut a Binissalem (Mallorca), el 7 de novembre de 1913. Va ser tota una institució de caritat i el seu record encara perdura en el Port; no falten flors en la seva tomba malgrat els anys passats. Va ser un home de Déu, un fill de sant Vicenç i un autèntic sacerdot com va reconèixer el mateix Vicari General de la Diòcesi: ”El ministeri del P. Jaime en el Port va ser eminentment sacerdotal”.

Ell mateix es confessa en un article que va escriure per a la Veu: ”Encara que jo vivia en Port de Sagunt des de l’any 1947, ocupat a atendre a la veïna parròquia de Canet d’en Berenguer, l’Escola d’Aprenents, el Despatx Parroquial i el Moviment dels Joves d’Acció Catòlica, no vaig tenir temps d’ocupar-me dels problemes del Port, si bé alguna cosa albirava per la gent que acudia al despatx”.

Nomenat rector, vol conèixer als seus feligresos i comença per l’Horta, amb barris incipients i llavors troba…”Molta pobresa, cases sense arrebossar, ni tenien pis, a mitjà construir, matalassos damunt de les cadires per falta de llits…, gent que vivia en els refugis de metralladores”. Del contacte amb aquesta realitat sortirà el seu desig de posar remei.
Compra uns camps sembrats de panís i a mendicar per pagar les 100.000 pessetes que li costa… Ell mateix va contribuir amb l’herència rebuda dels japonesos, com a indemnització d’uns parents que tenien negoci de tabac a Filipines. Després va aconseguir del Director d’Alts Forns que concedís préstecs de 3 mil pessetes als obrers que no disposaven de casa; com era un problema general, no va aconseguir l’ajuda desitjada. No es desanima; encara avui existeix el Barri del Pare Jaime.
Ell mateix assumeix i cita el Concili Vaticà II: ”És necessari practicar una profunda caritat amb tots els homes i deplorar tot el que és contra la vida i la dignitat de la persona. Tot això enlletgeix a la civilització humana i va contra l’honor a causa de Déu”.
Va rebre una ajuda continuada dels Homes d’Acció Catòlica, de les Dames de la Caritat i del seu sagristà, especialment.

Un esdeveniment important en la evangelització parroquial va ser la Missió popular donada en tot l’Arxiprestat en 1963, predicada pels PP. Carlos Corcuera, Victorino Carballo, César Maside i José Cid durant quinze dies, a l’octubre, per uns 6.000 habitants; es van formar dos centres: la Parròquia i l’Horta.
Des del principi es van presentar les seves dificultats, doncs la gent en ”un clima de fredor i falta d’interès els feia contemplar a distància totes les activitats pròpies de la Missió”. Un altre bon grup pensava que la missió no era per ells, doncs ja eren “bons cristians i no necessitaven conferencies ni sermons”.
Després van rectificar i no van faltar autentiques conversions d’obrers. Uns mil d’ells van acudir al cinema Victòria per escoltar una conferència. ”M’esforço a donar aquests diners que he guanyat aquesta setmana per a la missió del Carme, perquè hi hagi molts i Sants missioners com els quals ens ha tocat a la parròquia del Carme. Dono 100 Ptes.”.
L’Horta, amb uns 1.300 habitants, també va rebre la Paraula del Senyor en ple carrer, solament tancada amb uns tendals. Els Missioners van saber aprofitar els nens de les escoles per fer propaganda de la Missió.
El solemne Viacrucis va sortir del Carme amb la Verge Dolorosa en processó. Es van predicar a totes les estacions i les ultimes, conjuntament amb les altres parròquies, en l’Albereda.
No podem cantar victòria, alguna cosa s’ha avançat pel que fa a les anteriors, ”hem de reconèixer que no hem arribat a recórrer la part més difícil del camí, i mentre no tinguem en les nostres files la massa treballadora, no podem dir que hem triomfat”.
”Tota l’obra del P. Jaime, els seus 27 anys en aquesta destinació, estan caracteritzats per una caritat sense límits, encara que una miqueta desordenada. Aquesta caritat li havia guanyat les simpaties de tots. El que feia el P. Jaime estava ben fet. Tot quedava emmarcat en la seva compassió i generositat, al caire de la ingenuïtat. En els anys 50 es van fer famoses una sèrie de cases ”barates”, construïdes sota la seva iniciativa i que encara avui es coneixen pel nom de ”Barri del P. Jaime”. I com el P. Jaime era per a tot, també el saló de cinema que havia muntat era anomenat ”Cinema del P. Jaime”.
No tenia oïda musical, però ell entonava els cants en les celebracions i cantava al seu aire amb devoció.
”Una altra nota que hem de destacar va ser el seu zel apostòlic. Mai es va cansar de predicar, ensenyar, adoctrinar… És curiós comprovar, tant pels llibres que tenia, com pels esquemes o notes escrites a mà, la preocupació que li embargava per estar una mica al dia”.
Li va acompanyar de Vicari el P. Juan Roig; cadascun tenia el seu treball i el seu estil. Vivien en la propietat de la Comunitat, al carrer Felip II, un bell solar de 430 m. amb perspectives de futur. Durant diversos anys van mantenir amb el seu esforç personal una preapostòlica que no va donar els resultats vinguts de gust.

Mort el P. Jaime Pons, el 19 d’agost de 1974, el P. Juan Roig va preferir seguir els seus camins de litúrgia oriental i passar a la tranquil·litat d’un petit poble de la Diòcesi de Tarragona, lliurat a la contemplació i a la ceràmica.
Després es van dedicar aquests locals a obres socials i al final es van perdre en l’embull d’uns desaprensius constructors, que no van construir res. Hipotecat el terreny, la Diòcesi el readquirí, però ja ficats en aquest segle no s’ha fet res de cara a la Parròquia.

I en començar el curs 1974-1975, la província de Saragossa es fa fer càrrec de la Parròquia de la Verge del Carme, acomiadant-se el P. Rosendo Botella que durant aquests últims anys ha estat servint, la major part, sol.
Els nostres missioners realitzen una magnífica tasca, fins que en 1992 també decideixen deixar la Parròquia. Per ella han passat, com a rectors, els Pares Valentí Navarro, Ángel Pascual i Julià Martínez Alegria; a més han participat en les tasques parroquials i a les Filles de la Caritat els Pares Martí Burguete, Joan García Granell, Joaquí Quel, Antoni Ulibarrena, Jesús Mª Arrondo, José Ángel Delgado, Baltasar Indurain, Àngel Oyanguren, Javier López i Generós Guembe.

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