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A MODO DE COMENTARIO…
En febrero del 2012, el P. Pedro Gómez visitó, juntamente con el P. Enrique Alagarda, Visitador de la Provincia de Barcelona, la que fuera la Provincia del Perú “catalana”, escenario del sacrificio ingente de aquellos misioneros totalmente entregados a la obra de San Vicente y al celo evangelizador. Difícil de entender hoy ese esfuerzo titánico y esa entrega total y generosa de aquellos jóvenes que ofrecían tan desinteresadamente su vida por el bien de aquel pueblo.
En el fondo, y antes de su partida hacia el Perú (nos remontamos al año 1914), es muy posible que supiesen y conociesen perfectamente -¿o no?- los riesgos que suponía el cumplimiento de su misión: iban a evangelizar pero también a dejar allí su vida. Todo un ejemplo de entrega y coraje en pro de un pueblo y por amor y convicción de una “causa” propia de los albores del cristianismo: no morirían como mártires por defender sus creencias pero sí perderían la vida o su salud por no poder superar las dificultades y obstáculos de la climatología e inclemencias del lugar.
Creo que el testimonio escrito que nos deja el P. Gómez era necesario reflejarlo en nuestra Página WEB http://lamissio.com
Aunque ya en su día lo publicó en el Butlletí Provincial, Nº 237 (Julio-Octubre 2014), hay cientos de seguidores de nuestra Página que no lo reciben y que están muy interesados por conocer el pasado, presente y futuro de los PP. Paúles.
Impresiona el “hecho histórico y muerte prematura” de esos misioneros. Pero aún más emociona el relato de sus méritos y sacrificios (¡hasta la muerte!). ¿Qué más se le puede pedir a un misionero paúl?
A destacar las fotografías (24) que acompañan e ilustran este trabajo: antiguo Seminario (hoy, hotel), iglesia Miraflores (obra de los misioneros), etc.
Ese viaje bien ha “valido una misa”. P. Gómez, ¡gracias por haber plasmado los orígenes y estancia de los misioneros “catalanes” en el Perú! Toda una lluvia informativa y sorprendente… Seguro que a muchos motivará y cuestionará… Pero, sin quitar méritos a los misioneros de ahora… ¡qué entrega la de aquellos jóvenes..!
Jesús González Capel
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1.- PROVINCIA DE BARCELONA 1914.
El P. Francisco Vilanova, C.M. es el Visitador de la Provincia de Barcelona y tiene ganas de solucionar los diversos problemas y estrecheces provinciales. La oferta de Mons. Valentín Ampuero, C,M. Obispo de Puno, les parece la más aceptable: necesita sacerdotes para catequizar al pueblo y formar sacerdotes.
La Provincia se comprometía a mandar 10 Misioneros y Mons. Ampuero asumía todos los gastos de viaje e instalación de los mismos.
Los elegidos fueron los Padres Cristóbal Gornals, José Virgili, Agustín Mor, Bartolomé Barceló, Francisco Obrador, Pedro Sampol, Hno. Coadjutor Juan Pujolá, Juan Domenge, Miguel Cañellas y Pedro García, quienes aceptaron su destino, no todos con el mismo entusiasmo.
¿Hasta dónde se calibraron y sopesaron bien todas las consecuencias de esta fundación?
2.- EL VIAJE DE LOS MISIONEROS.
Hace CIEN AÑOS se puso una de las bases de la futura Provincia del Perú. Era el 11 de septiembre de 1914 cuando los Misioneros, acompañados de Mons. Ampuero, salieron de Barcelona en el “Manuel Calvo”. El 25 de octubre llegaban a Puno a las 7 de la tarde, bajo un solemne aguacero, la estación sin luz y sin un vehículo para desplazarse. Habían sido 44 días de un viaje largo y tedioso, con barco, tren, vapor y diversas paradas.
Ya están en el soñado Puno, situado en el altiplano peruano, a orillas del lago Titicaca y a 3.850 metros de altitud, rodeado de la cordillera andina. Tiene unos cuatro mil habitantes, tres cuartas partes eran indios “morenos”, casi todos con su poncho, mascando coca. El clima es bastante frío, y los cambios de temperatura son rápidos y frecuentes, que propician resfriados y hasta pulmonías.
El P. Obrador comentaba nada más llegar: “Damos una vuelta por la casa un poco aprisa y ya nos falta la respiración”.
“La elevación de estas tierras nos ha alterado algo la salud: los Sres. Cañellas y Domenge, los primeros días, estaban completamente postrados por falta de aire. Al P. García lo ha cogido el asma, aunque ahora se encuentra mejor. El P. Gornals ha estado bastante mal cinco o seis días y ha pasado dos o tres en cama. A un servidor los dos primeros días me cogieron tan fuertes dolores de cabeza que no me dejaban dormir durante la noche. El P. Virgili ha estado bastante mal y ha guardado cama un día… Nos ha salido daño en los labios.”
3.- LAS ACTIVIDADES PASTORALES.
El P. Juan Domenge estará al frente de la Parroquia San Juan Bautista y como Vicarios los Padres Pedro García y Miguel Cañellas que además será el capellán del Hospital San Juan de Dios que sirven las Hijas de la Caridad. Tienen la dificultad de no saber el quechua, que tratarán de suplir con su entrega generosa a la feligresía.
A los demás Padres, el 1 de noviembre, ante el Cabildo y los profesores, Monseñor les entrega las llaves y confía el Colegio-Seminario de San Ambrosio. Los Misioneros se trasladan a su nueva residencia, un gran edificio con 3 patios. En esos momentos sólo había un seminarista, y los demás eran alumnos de Primaria y Secundaria, internos y externos.
4.- UN RECUERDO PARA LOS PRIMEROS QUE DESFILARON PARA EL CIELO.
Resulta que el 30 de noviembre de 1914 fallece Mons. Ampuero, de bronconeumonía. Era la primera prueba, pues los Misioneros perdían su apoyo y sostén.
Se fueron adaptando a aquellas alturas y no se conformarán con su trabajo ordinario, pues el ministerio de la predicación de las Misiones les atrae poderosamente y aceptarán unas parroquias por aquellas alturas: Huancané, Pichocani, Pusi, Chinchoneros….
El P. Francisco Obrador empezó a misionar en las vacaciones de 1915, por la región más apartada, el Alto Paucartambo; la gente quedó contentísima con su predicación y no querían que se fuera. Al regreso, le sorprendió una lluvia torrencial. Desconocedor de esos fenómenos naturales, fue presa de una fuerte pulmonía y tifus que le ocasionaron un desenlace fatal al llegar al hospital de Puno, el 11 de octubre de 1915.
Había nacido en Cas Concos (Mallorca) en 1885. El P. Francisco era uno de los más animosos y útiles Misioneros. Un mes antes había recibido una carta de su madre: “Hijo mío, ¡cuán lejos te has ido! No dejes ningún día de encomendarme a Dios y celebrar cuantas misas puedas a mi intención, porque cuando recibas el anuncio de mi muerte, mi cuerpo estará ya descompuesto en la sepultura”.
La realidad fue al contrario, tenía 30 años de edad y 14 de vocación.
A los dos años, el 13 de Junio de 1917, falleció el P. Miguel Cañellas contagiado en el cumplimiento de sus funciones de Capellán en el hospital.
Nació en Marratxí, Mallorca, en 1877. Era un hombre dulce y muy simpático. Gran físico y matemático. Sentía cierta tristeza y no entendía su destino por aquellas alturas, ni tampoco como capellán del Hospital, por desconocer el quechua y no poder entenderse con la mayoría de los indios enfermos.
Falleció de pulmonía y fallo del corazón en Puno. Tenía 40 años de edad y 24 de vocación
La tranquilidad duró poco, ya que durante las vacaciones, el 16 de diciembre de 1917, fallecía el P. Juan Perelló, víctima de fiebre tifoidea y meningitis. No hacía dos meses que había llegado de España.
También mallorquín nacido en Llubí en 1892.
Durante el viaje, desde España, le dio algo de afección estomacal y estaba un poco alicaído. Como tenía hemorragias nasales, dejó de lado el vino y bebía agua solamente, sin hervir y sin ninguna filtración, como entonces hacían. En octubre empezaron las lluvias torrenciales y el agua era terrosa y turbia. Un día se quedó en cama con 40º de fiebre: era el tifus. Trasladado al Hospital donde lo cuidaron con cariño las Hermanas… Pero la fiebre no bajaba, ni con el hielo traído de Arequipa, a 11 horas de tren. Consciente de su cercana muerte, se preparó con toda lucidez y devoción y repetía continuamente: “Oh María, sin pecado…”. El domingo 16 de diciembre de 1917 murió en el Señor.
Tenía solamente 25 años de edad y 9 de vocación.
Estos acontecimientos tan repetidos pusieron a los Misioneros un tanto inquietos y el pánico se apoderaba de ellos. La enfermedad continuaba rondando la Comunidad, pues el P. Virgili sufre una fuerte gripe con recaída. Entonces los médicos dictaminaron su salida definitiva de Puno.
No termina aquí la lista de los que entregaron su vida en aras del apostolado y cuyos restos quedaron en esas altitudes perdidas de los Andes.
Mons. Ampuero, en 1889, ordenó de sacerdote al P. Pedro Juan Serra, nacido en Pont d‘Inca, Mallorca.
En 1915 ya está en Puno. Además del Seminario, se dedica a la predicación por la Diócesis de Ayacucho. Pero cogió un tifus galopante y sin posibilidad de médico. Mandó un mensaje al P. Sampol que fuera a buscarlo, pues se encontraba muy mal. Así lo encontró ya grave en el suelo; le dio una pastilla que había tomado en previsión. Recibió los Sacramentos y se preparó una litera sobre una bestia para trasladarlo a la población cercana de Cocharcas. Apenas llegado, entregó su alma al Señor, en junio de 1919, con 30 años de edad y 13 de vocación misionera.
Le tocó el turno al P. Pedro Sampol Gayx, otro mallorquín nacido en Montuïri, en 1898. Salió con la primera expedición, pero se quedó un año en Estados Unidos aprendiendo inglés. Aparte de al Seminario, se dedicó a estudiar el quechua para atender fácilmente a los indígenas.
En 1921 el P. Sampol es nombrado párroco de una comunidad cerca de la ciudad de Ayacucho; aunque las distancias son enormes, deseaba abrir nuevos campos misionales y, a finales de febrero, emprende un viaje hacia la costa, ocho días montado a caballo y 17 horas de tren, en plena época de lluvias; fue invadido y atacado por un violento tifus y en Viñac, a principios de mayo de 1922, descansó en el Señor. Era fuerte, pero tras cuatro años por esos difíciles contornos, acabó con su salud. Tenía 40 años y 21 de vocación misionera.
Se tuvo que dejar Puno en 1921, tras 7 escasos años con dificultades, penas y dolores. 5 Misioneros pagaron con su vida esta aventura por los Andes (Puno y Ayacucho) y 3 tuvieron que alejarse de Puno por prescripción médica.
Los Misioneros de la Provincia de Barcelona continuaron su labor apostólica por esas hermosas tierras del Inca, llenas de porvenir. Fueron 60 Misioneros que prestaron sus sudores hasta que en 1951 pasaron las obras a lo que sería la Provincia del Perú.
En febrero del 2012 hice una visita con el P. Enrique Alagarda a estos lugares queridos, siendo obsequiados con generosidad por toda la Provincia del Perú y con su Visitador de entonces, P. Rubén Pedro Borda.
En Puno casi no experimentamos ningún síntoma del “siroco”, claro que las Hijas de la Caridad nos tenían siempre lista la taza de mate de coca. No entiendo la muerte de aquellos primeros Misioneros.
¡Honor a los caídos por el Evangelio! ¡Larga y fecunda vida para la Provincia de la C.M. del Perú!
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A MANERA DE COMENTARI …
Al febrer del 2012, el P. Pedro Gómez va visitar, juntament amb el P. Enrique Alagarda, Visitador de la Província de Barcelona, la que va ser la Província del Perú «catalana», escenari del sacrifici ingent d’aquells missioners totalment lliurats a l’obra de Sant Vicent i al zel evangelitzador. Difícil d’entendre avui aquest esforç titànic i aquesta entrega total i generosa d’aquells joves que oferien tan desinteressadament la seva vida pel bé d’aquell poble.
En el fons, i abans de la seva partida cap al Perú (ens remuntem a l’any 1914), és molt possible que sabessin i coneguessin perfectament -o no? – els riscos que suposava el compliment de la seva missió: anaven a evangelitzar però també a deixar-hi la seva vida. Tot un exemple de lliurament i coratge en pro d’un poble i per amor i convicció d’una «causa» pròpia dels albors del cristianisme: no moririen com a màrtirs per defensar les seves creences però sí perdrien la vida o la seva salut per no poder superar les dificultats i obstacles de la climatologia i inclemències del lloc.
Crec que el testimoni escrit que ens deixa el P. Gómez calia reflectir-ho en la nostra Pàgina WEB http://lamissio.com
Encara que ja en el seu dia ho va publicar al Butlletí Provincial, Nº 237 (Juliol-octubre 2014), hi ha centenars de seguidors de la nostra Pàgina que no el reben i que estan molt interessats per conèixer el passat, present i futur dels PP. Paüls.
Impressiona el «fet històric i mort prematura» d’aquests missioners. Però encara més emociona el relat dels seus mèrits i sacrificis (fins a la mort!). Què més se li pot demanar a un missioner Paül?
Aquest viatge bé ha «valgut una missa». P. Gómez, gràcies per haver plasmat els orígens i estada dels missioners «catalans» al Perú! Tota una pluja informativa i sorprenent … Segur que a molts motivarà i qüestionarà … Però, sense restar mèrits als missioners d’ara … quins mèrits i lliurament la d’aquells joves missioners..!
Jesús González Capel
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1.- PROVÍNCIA DEBARCELONA 1914.
El P. Francesc Vilanova, C.M. és el Visitador de la Província de Barcelona té ganes de solucionar els diversos problemes i estretors provincials. L’oferta de Mons. Valentí Ampuero, C, M. Bisbe de Puno, els sembla la més acceptable: necessita sacerdots per catequitzar el poble i formar sacerdots.
La Província es comprometia a enviar 10 Missioners i Mons. Ampuero assumia totes les despeses de viatge i instal·lació dels mateixos.
Els elegits van ser els Pares Cristóbal Gornals, José Virgili, Agustín Mor, Bartomeu Barceló, Francisco Obrador, Pere Sampol, Gmà. Coadjutor Joan Pujolà, Joan Domenge, Miguel Cañellas i Pedro García, qui van acceptar el seu destí, no tots amb el mateix entusiasme.
Fins on es van calibrar i sospesar bé totes les conseqüències d’aquesta fundació?
2- EL VIATGE DELS MISSIONERS.
Fa CENT ANYS es va posar una de les bases de la futura Província del Perú, era l’11 de setembre de 1914, quan els Missioners, acompanyats de Mons. Ampuero, van sortir de Barcelona al «Manuel Calvo», i el 25 d’octubre arribaven a Puno, a les 7 de la tarda, sota un solemne xàfec, l’estació sense llum, sense un vehicle per desplaçar-se. Havien estat 44 dies d’un viatge llarg i tediós, amb vaixell, tren, vapor i diverses aturades.
Ja han arribat al somiat Puno, situat a l’altiplà peruà, a la vora del llac Titicaca, a 3.850 metres d’altitud, envoltat de la serralada andina. Té uns quatre mil habitants, tres quartes parts eren indis «bruns», gairebé tots amb el seu ponxo, mastegant coca. El clima és bastant fred, i els canvis de temperatura són ràpids i freqüents, que propicien refredats i fins pulmonies.
El P. Obrador comentava només arribar: «Donem una volta per la casa una mica de pressa i ja ens falta la respiració».
«L’elevació d’aquestes terres ens ha alterat una mica la salut: els Srs. Cañellas i Domenge els primers dies estaven completament postrats per falta d’aire. Al P. García ho ha agafat l’asma, encara que ara es troba millor. El P. Gornals ha estat força malament cinc o sis dies i ha passat dos o tres al llit. A un servidor, els dos primers dies, em van agafar tan forts mals de cap que no em deixaven dormir durant la nit. El P. Virgili ha estat bastant malament i ha guardat llit un dia… Ens ha sortit mal als llavis».
3.- LES ACTIVITATS PASTORALS.
El P. Joan Domenge estarà al capdavant de la Parròquia Sant Joan Baptista i com Vicaris els Pares Pedro García i Miguel Cañellas que, a més, serà el capellà de l’Hospital Sant Joan de Déu que serveixen les Filles de la Caritat. Tenen la dificultat de no saber el quítxua, que intentaran suplir amb la seva entrega generosa a la feligresia.
Als altres Pares l’1 de novembre, davant el Cabildo i els professors, Monsenyor els lliura les claus i confia el Col·legi Seminari de Sant Ambròs. Els Missioners es traslladen a la seva nova residència, un gran edifici amb 3 patis. En aquests moments només hi havia un seminarista, i els altres eren alumnes de Primària i Secundària, interns i externs.
4.- UN RECORD PER ALS PRIMERS QUE ENS VAREN DEIXAR…
Resulta que el 30 de novembre de 1914 mor Mons. Ampuero de broncopneumònia. Era la primera prova, ja que els Missioners
perdien el seu suport i sosteniment.
Es van anar adaptant a aquelles altituds i no es conformaran amb el seu treball ordinari, ja que el ministeri de la predicació, de les Missions, els atrau poderosament i acceptaran unes parròquies per aquelles altituds: Huancané, Pichocani, Pusi, Chinchoneros ….
El P. Francesc Obrador va començar a missionar, a les vacances de 1915, per la regió més allunyada, l’Alt Paucatambo; la gent va quedar molt contenta amb la seva predicació i no volien que es marxés. Al retorn, el va sorprendre una pluja torrencial. Desconeixedor d’aquests fenòmens naturals, va ser presa d’una forta pulmonia i tifus que li van ocasionar un desenllaç fatal en arribar a l’hospital de Puno, l‘11 octubre 1915.
Havia nascut a Cas Concos (Mallorca) el 1885. El P. Francesc era un dels més animosos i útils Missioners. Un mes abans, havia rebut una carta de la seva mare: «Fill meu, què lluny que te n’has anat! No deixis cap dia de encomanar-me a Déu i celebrar totes les misses que puguis a la meva intenció, perquè quan rebis l’anunci de la meva mort, el meu cos estarà ja descompost a la sepultura «.
La realitat va ser al contrari, tenia 30 anys d’edat i 14 de vocació.
A dos anys, el 13 juny 1917, va morir el P. Miguel Cañellas, contagiat en el compliment de les seves funcions de Capellà a l’hospital.
Va néixer a Marratxí, Mallorca, en 1877. Era un home dolç i molt simpàtic. Gran físic i matemàtic. Sentia certa tristesa i no entenia el seu destí per aquelles altituds, ni tampoc com a capellà de l’Hospital, per desconèixer el quítxua i no poder entendre ni comunicar-se amb la majoria dels indis malalts.
Va morir de pulmonia i fallada del cor a Puno. Tenia 40 anys d’edat i 24 de vocació.
La tranquil·litat va durar poc, ja que durant les vacances, el 16 desembre 1917, moria el P. Joan Perelló, víctima de febre tifoide i meningitis. No feia dos mesos que havia arribat d’Espanya.
També mallorquí, nascut a Llubí, el 1892.
Durant el viatge des d’Espanya li va donar una mica d’afecció estomacal, i estava una mica decaigut i baix d’ànims. Com que tenia hemorràgies nassals, va deixar de banda el vi i bevia aigua només, sense bullir i sense cap filtració, com llavors feien. A l’octubre van començar les pluges torrencials: l’aigua era terrosa i tèrbola. Un dia es va quedar al llit amb 40º de febre, era el tifus. Traslladat a l’Hospital on el van cuidar amb afecte les Germanes, però la febre no baixava, ni amb el gel portat d’Arequipa, a 11 hores de tren. Conscient de la seva propera mort es va preparar amb tota lucidesa i devoció i repetia contínuament: «Oh Maria, sense pecat …». Diumenge, 16 desembre 1917, va morir en el Senyor.
Tenia només 25 anys d’edat i 9 de vocació.
Aquests esdeveniments tan repetits van posar als Missioners una mica inquiets i el pànic s’apoderava d’ells. La malaltia continuava rondant la Comunitat, ja que el P. Virgili pateix una forta grip amb recaiguda. Els metges van dictaminar la seva sortida definitiva de Puno.
No acaba aquí la llista dels que van lliurar la seva vida en nom de l’apostolat i les restes van quedar en aquestes altituds perdudes dels Andes…
El P. Pere Joan Serra, nascut a Pont d ‘Inca, Mallorca, el 1889, va ser el següent. Mons. Ampuero el va ordenar sacerdot.
En 1915 ja està a Puno, a més del Seminari, es dedica a la predicació per la Diòcesi d’Ayacucho. Al poc temps va agafar un tifus galopant i sense possibilitat de metge. Va enviar un missatge al P. Sampol que anés a buscar-lo, ja que es trobava molt malament. Quan va arribar ho va trobar ja greu, a terra: el va donar una pastilla que havia agafat en previsió. Va rebre els Sagraments i es va preparar una llitera sobre una bèstia per traslladar-lo a la població pròxima de Cocharcas. Tot just arribat, lliurà la seva ànima al Senyor el juny de 1919, amb 30 anys d’edat i 13 de vocació missionera.
Li va tocar el torn al P. Pere Sampol Gayx, un altre mallorquí, nascut a Montuïri en 1898. Va sortir amb la primera expedició, però es va quedar un any als Estats Units aprenent anglès. A part del Seminari es va dedicar a estudiar el quítxua per atendre fàcilment als indígenes.
El 1921 el P. Sampol és nomenat rector d’una comunitat prop de la ciutat d’Ayacucho; encara que les distancies són enormes, desitjava obrir nous camps missionals. A finals de febrer emprenen un viatge cap a la costa, vuit dies muntats a cavall i 17 hores de tren en plena època de pluges; va ser envaït i atacat per un violent tifus i en Viñac, a principis de maig de 1922, va descansar en el Senyor. Era fort, però després de quatre anys per aquests difícils contorns, acabà amb la seva salut. Tenia 40 anys i 21 de vocació missionera.
Es va haver de deixar Puno en 1921, després de 7 anys amb dificultats, penes i dolors. 5 Missioners van pagar amb la seva vida aquesta aventura pels Andes (Puno i Ayacucho), i 3 van haver d’allunyar-se de Puno per prescripció mèdica.
Els Missioners de la Província de Barcelona van continuar la seva tasca apostòlica per aquestes belles terres del Inca plenes de futur. Van ser 60 Missioners que van prestar els seus suors fins que el 1951 van passar les obres al que seria la Província del Perú.
Al febrer del 2012 vaig fer una visita amb el P. Enrique Alagarda a aquests llocs estimats, sent obsequiats amb generositat per tota la Província del Perú i amb el seu Visitador de llavors, P. Rubén Pedro Borda.
A Puno gairebé no experimentàrem cap símptoma del «xaloc», clar que les Filles de la Caritat ens tenien sempre a punt la tassa de mat de coca. No entenc la mort d’aquells primers Missioners.
¡Honor als caiguts per l’Evangeli! Llarga i fecunda vida per a la Província de la CM del Perú!
Pedro J. Gómez, CM.
València, agost de 2014.
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