Conocí al P. Agustín por medio de una muy buena amiga que me indicó su interés en conocerme para ver si les podía ayudar a organizar actividades sociales en la Capilla La Milagrosa de Filadelfia. En aquel entonces, en mi tiempo libre, hacía actividades sociales para ayudar a la Iglesia donde pertenecía, además de ser presentadora cultural de un programa hispano en la televisión donde aprovechaba para anunciar gratuitamente las actividades que las diferentes parroquias celebraban, con el fin de recaudar fondos para los más necesitados de su comunidad.  Formamos todos un buen equipo y tuvimos mucho éxito con Agustín como gran organizador y dirigente.

Como gran emprendedor, él había iniciado una revista para los feligreses  en la Capilla La Milagrosa. Un buen día, comenzamos a hablar de la posibilidad de editar un periódico semanario. Dicho y hecho, el 17 de Octubre de 1973, salió a la calle el semanario ”La Actualidad” Eco del Valle  Delaware, distribuido gratuitamente a las comunidades hispanas de Filadelfia y pueblos limítrofes en la que Agustín fue el principal fundador. Tal fue la envergadura del periódico, que nos vimos obligados a formar una sociedad con los colaboradores del mismo. El semanario tuvo muchísimo éxito pero antes de volver a España en 1975, Agustín dejó el periódico en manos de los accionistas. Los tiempos cambian, había demasiada competencia de otros periódicos y los que estaban al frente en aquel momento, no fueron capaces de continuar, por lo que nos vimos obligados a cerrarlo en el año 2008.

Hacia el año 1975, los Padres Paules dejaron en manos de la Diócesis de Filadelfia la administración de la Capilla La Milagrosa y los sacerdotes que allí estaban regresaron a España. El P. Agustín se encargó del cierre y regresó a España a someterse a una operación. Estuvo convaleciendo en la casa de su

hermana Adelaida en Barcelona.

Cabe decir que Agustín tuvo sus decepciones dentro del seno de su vocación. Según me explicó, era muy cauto en sus convicciones, nunca haría nada para defraudar aquella vocación que desde niño se le inculcó y que llevó a buen fin. Durante este tiempo de convalecencia, según él, llegó a considerar la determinación de dejarlo todo, hasta que tuvo contacto con Mossèn Antoni Oliver que llevaba varias parroquias: Valdoreix, La Floresta y Bellaterra y éste le pidió que se encargara de la Floresta. Asumió esta responsabilidad con mucha ilusión y al mismo tiempo fue contactado por el Padre Font de la diócesis de Barcelona para que le ayudara a iniciar el periódico  “Catalunya Cristiana”. Dirigió el periódico unos dos o tres años pero, muy a su pesar, se vio obligado a dejarlo por razones de salud. Hasta aquí lo que fue su vida como sacerdote.

A un amigo que tanto me ayudó sin interés alguno había que tenderle una mano en momentos difíciles y de incertidumbre.  Utilizaba esta frase muy a menudo cuando se dirigía a mí: “Se te quiere mucho” pero yo entendía que se refería a las personas o familia  que me rodeaba, no pensé que era un mensaje que venía desde lo más íntimo de su corazón. Un día me indicó que había estado visitando una agencia de búsqueda de pareja con el fin de probar si allí estaba su futuro.  Me extrañó pero no le di mucha importancia.

Conocí a su hermana Adelaida en el año 1972 cuando vine a España,  en una de las excursiones que el organizó desde Filadelfia. Siempre llevaba a los excursionistas a conocer a su familia.  Era muy de familia.

En lo que a mi se refiere, tras  un fracaso matrimonial de 6 años y con dos hijos de 7 y 9 años a mi cargo, decidí cambiar mi vida con mis hijos, buscando un mejor ambiente o quizás porvenir. En principio, por razones de dominar el inglés y el español, los laboratorios farmacéuticos para los que trabajaba me dieron la oportunidad de irme a vivir a Canadá, Filipinas o España donde ellos tenían sus sucursales. Después de analizar bien el tema y habiendo contado con la ayuda espiritual de P. Agustín, su consejo fue el de venir a España y hasta su hermana se ofreció a ayudarme en la escolarización de mis hijos.  No pude encontrar mejor ayuda, vine a trabajar a Madrid. Su hermana Adelaida se quedó al cuidado de mi hija y al niño lo matriculé en un colegio interno privado durante 8 meses. Venía a verles cada fin de semana a Barcelona y veía claramente que estaban felices aquí.  Habiendo analizado la cartera de trabajo aquí en España para personas bilingües, vi factible el venir a vivir a Barcelona, momento en que decidí iniciar la búsqueda de un nuevo empleo, que encontré muy fácilmente.

Decidí ir a vivir a Barcelona con mis hijos y comenzar una nueva etapa de trabajo. Agustín y yo manteníamos una buena amistad  pero cuando enfermó mientras estaba trabajando en “Catalunya Cristiana” me ofrecí a ayudarle en su recuperación, vino a vivir con nosotros y cuando se recuperó continuó con su

situación de sacerdote en la Floresta. No obstante, seguía escuchando más a menudo su famosa frase: “Se te quiere mucho”, hasta que no tienes otro remedio que pensar diferente. Yo no tenía ningún interés en comenzar una nueva relación, sobre todo cuando hay niños por medio, aunque observaba que ellos se sentían muy bien con él y, por supuesto, no era nada fácil encontrar a una persona que se hiciera cargo de dos hijos que no eran suyos. Hablamos en serio de su tema y esa amistad fue convirtiéndose en un amor difícil de explicar. Estaba lleno de espiritualidad por su bondad, simpatía y generosidad hacia los suyos y hacia las demás personas que entraron en contacto con nosotros a través de los casi 31 años que estuvimos juntos, momento en que terminó su estancia aquí con nosotros. Gracias doy a Dios, ya que no sufrió en esos momentos. Su paso a la otra vida fue fulminante. Sólo me queda decir que fue una gran persona, un buen padre y amigo de sus amigos. Que en paz descanse y que esté disfrutando en el paraíso de Dios.

EMMA LAMBOY

MAYO 2010