VISITA DEL SUPERIOR GENERAL Palma, 1-2 de Mayo del 2010

Siempre la visita de una autoridad importante es un gozo para la Comunidad. Y cuando esta Comunidad se siente algo aislada y está fuera de la ruta normal de los superiores, por lo tanto más difícil, como expresó el visitante, mayor satisfacción produce esa presencia.

En la Compañía esa realidad siempre se ha considerado como expresión de afecto paternal y se la ha recibido con ilusión, gratitud  y esperanza.

Hasta ahora tres Superiores mayores han visitado la Familia vicenciana que vive y actúa apostólicamente en esta isla de Mallorca. El R.P. Guillermo Slattery (20-22 noviembre 1954),el R. P. Roberto Mc Cullen (16-19 marzo 1985) y ahora el R.P. Gregorio Gay.

El tiempo quiso estropear su presencia, pero el programa pudo efectuarse a perfección.

El programa rezaba: ENCUENTRO DEL SUPERIOR GENERAL P. G. GREGOIO GAY. C.M. CON LA FAMILIA VICENCIANA DE MALLORCA, del 1 al 2 de Mayo de 2010.

Llegó puntual, acompañado del Sr. Visitador, P. José Vicente Martínez y tres estudiantes paúles de la Provincia. Un saludo a los Padres, breve descanso y, a las 11.30 en la iglesia, que se llenó. En ese instante se iniciaba el “Encuentro”.

El Visitador, tan amante de la juventud, había comprometido a JMV de los colegios de Hermanas, y ellos iniciaron el acto con una plegaria meditativa, y un sencillo, breve pero muy emotivo montaje histórico sobre Fam Vin en Mallorca (CM, HC, AIC, AMM, FMV, Conferencias, Exalumnos CM, y Hnas. de la Caridad).

A continuación presentó al P. Gregorio, que con su sencillez, cercanía y bondad, propias de las familias cristianas de Estados Unidos, respondió, recomendándonos mayor relación y encuentros entre todos, pues sin conocernos no podemos amarnos. El amor nace de la mutua relación y mutuo conocimiento. El diálogo, dando a conocer más la labor apostólica de los diversos grupos, cerró esta primera parte.

Un descanso y un compartir entre todos, unido a “un dinar de germanor” que amablemente habían preparado los diversos grupos en los amplios pasillos de la Misión, cerró esta primera parte.

A las 19,00 JMV de nuevo se hacía presente, ofreciendo al público “Jesucrist Superstar”  Los frecuentes aplausos expresaban la emoción, gusto y gratitud de público asistente, que llenaba por completo el lugar. El P. General, como buen americano, con su pequeña y magnífica cámara, iba filmando y grabando toda la belleza del colorido, acción y palabra de esos noveles actores.

El domingo día 2, por la mañana, gustó conocer hasta los rincones del vetusto casal, gozando del perfume de santidad que dejaron nuestros antepasados, su caudal espiritual y artístico. Las  antigüedades de la casa, finos ornamentos bordados y ricos vasos sagrados de generosos Canónigos, manuscritos abiertos en 1736, libros de 1550 en italiano de nuestros fundadores, gravado del beato Vicente… veneración de las reliquias del joven mallorquín Pedro Borguny, mártir y defensor de la fe, en Argel, acogidas por el mismo San Vicente en 1657 y enviadas a Palma en 1750,…y sobre todo “la Iglesia, lo más bello de la casa…el interior ¡qué bello, qué rico, y qué uno, desde el suelo hasta las bóvedas!¡Como de una pieza, como nacido todo de un golpe” (P. E. Escribano) Y aún más rico añadiría, esos 128 misioneros vicencianos que ha dado esta isla a la Congregación, preparados  en esta casa, la MISSIÓ.

A las 12,00 una solemne Eucaristía, en la iglesia más antigua de la Compañía en España (1764), abierta poco después de la canonización de S. Vicente (1727), presidida por el P. Gregorio y concelebrada por nueve misioneros y un sacerdote secular, cerraba la Visita del P. General con la Familia Vicenciana en Mallorca.

En la homilía comentó las lecturas de la liturgia, remarcando las palabras evangélicas que forman el espíritu vicenciano: “amaos unos a otros”, haciéndolo presente entre los pobres, esencia de nuestro carisma. Palabras que respiraban animación y esperanza.

No faltó el detalle paternal. Además de recibir el saludo y respetos de las Hijas de la Caridad, por la tarde quiso visitar con el Provincial, una Comunidad de Hermanas mayores.

Por la mañana del lunes pudo admirar un algo siquiera las bellezas de la isla mojada, pero perfumando ya primavera. No faltó la visita al Sr obispo Mons. Jesús Murgui, por la tarde.

Sencillez, naturalidad, fraternidad, cercanía y alegría fueron la tónica dominante.

Gracias P. Gregorio, y que esta primera vez no sea la última. Siempre será muy bien acogido por esta Comunidad vicenciana, como hermano y ejemplo de fe y sencillez vicencianas.

José Barceló Morey, C.M.

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